9.6.15


(01-03-15)

Te escribo movida por el miedo, erguida desde el fondo de una melancolía inconmensurable. A ti, infinita, te narro así ruidosamente. 
Te escribo porque observo, porque cavilo. Te escribo porque también yo algún día pensé que había una realidad interior que subyugaba la exterior, esto es, que el sentimiento reducía a ceniza las variables. Quiero decir que ambas, alguna vez, en otra vida o en esta más cierta y necesaria, creímos que pese a todo —el tiempo, la distancia, la herida, el duelo— había una razón poderosamente en alza que lo justificaba todo. Te escribo porque hoy, atravesando días/recuerdos/lugares/lenguas, hoy he descubierto que escribir es la única forma de volver a creer. Te escribo porque quiero creer, porque hay algo dentro de mí que se disocia y se entrelaza y vuela cada vez que te nombro. Te escribo porque el frío, porque el silencio, porque la autopista son nuestros efímeros paraísos artificiales.  
Te escribo para aproximarme a la inocencia, a esa extraña suerte de ceguera que un día tuve y quizás nunca más vuelva a tener. Porque no sé no buscarte, no sé no encontrarte en un futuro impostado. Por ello tengo heridas, por ello tiemblo, por ello me asusta el paso del tiempo y la atmósfera de rutina que nos prende.

(01/07/15)

Este es el motivo por el que te escribo
un solo poema que se continúa:

Este es, este es, este es
querida, mírame: 

estoy librándonos de la masacre.

4 comentarios:

  1. Eres una voz intensa
    llena de lirismo,
    un placer compartir pensamientos contigo.
    Hasta pronto,
    te sigo por aquí también :)

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  2. ay! a mí también me asusta el paso del tiempo y la rutina y el no poder esquivar la masacre...

    un abrazo!

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  3. Esto es absolutamente estremecedor. Porque el frío, porque el silencio. Muero.

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  4. Hay algo bello en esta herida, algo dolorosamente bello.
    Algo que necesita transformarse en palabras, volverse poesía, para no doler a cada instante...
    Siento que compartimos cicatrices.
    Espero que pronto vuelvas a escribir, a pesar de que en verano la tarea se complique porque la luz del Sol nos ciega y nos impide temblar como lo hizo el frío invierno.
    Pero el corazón agradece este destello de luz y la poesía... Puede esperar.

    Un saludo :)

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