1.9.15

Agosto

Amo a los hombres
y les canto.
Gioconda Belli.


Escribo un cuaderno de bitácora de agosto,
escribo en él varios puntos
uno por cada día, algo así
como una historia de frivolidades útiles
notas para mí misma desde un pasado ileso.

Primero pienso que no quiero perderme ahora
ahora que este amor blanquecino y celeste
comienza a comulgar con el futuro,
ahora que esta felicidad amniótica me basta. Pienso también
en todas las mentiras que no descubriré quizás
nunca en la vida: por ejemplo el descaro
o la memoria, las huidas confusas
o la metáfora del nido y la madre. 

Pienso en que a esta longitud de la mirada
a esta expansión de la mirada
a esta redención de la mirada extática
quisiera llamarla 
silencio. 


******


Estamos en mitad del agua
tu boca entreabierta emprende distintos rituales ascéticos
aproximándose a la superficie;

el exterior ya no da miedo.

Detesto los poemas que describen
una realidad artificiosa y maquillada,
realidades y paisajes y escenarios y estampidas

por eso te hablo del amor:
la única emoción permitida
en una estampa de verano.

Por eso te hablo de besarnos bajo el agua
donde la sensibilidad y el sentimiento
alcanzan puntos nuevos.

Te hablo de agosto y del miedo,
de la tendencia catastrófica de agosto,
de este agosto que se rompe

agosto, querida, ahora es cursi y nos revela
un fondo de amor y madreselva.

Tu cuerpo emerge del agua 
para volver a rescatar
un fondo magullado de zócalo y cemento
yo te abrazo, te persigo e imito el recorrido del líquido
que desciende por tu tripa y te hablo del amor y del verano
del amor que ya no da miedo
del verano que ya no da miedo

el miedo, desde que flotamos sin esfuerzo,
ya no da miedo y también es otro sentimiento
permitido y aceptado y recurrente
en mis estampas de verano.

Quedará de nosotras este agosto, quedará un horizonte
dulcemente olvidado
y destruido. 

1 comentario:

  1. Sin palabras, me encanta.
    Joder, es de esos textos que te pinchan, y duele, pero el dolor es bonito.
    Me encanta.

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