28.8.12

Recuerdos.

Desde ese día comencé a odiar la palabra 'recuerdos'. Es increíble como el tiempo puede dotar de diferente significado, a veces incluso totalmente opuesto, a las palabras. Antes de conocerte hubiera creído que los recuerdos nos daban vida. Que eran capaces de mantenernos al pie del cañón cuando todo dejaba de existir. Que eran necesarios como la vida misma. Que alimentaban y realimentaban los sueños. Que siempre eran positivos porque la memoria tiene simpatía selectiva.
Pero ahora es diferente. Ahora ya no es posible recordar sin autolesionarme. Sin pensar que tal vez sean sólo eso, recuerdos, únicamente por mi culpa. Que seguiré recordando cada momento, como si mi memoria hubiera fallado en su selección y únicamente hubiera rescatado los más dolorosos, los más nuestros.
Y ahora  mi cama parece que se contrae cuando miro a mi derecha y no estás tú. Que hasta ella misma sufre por esos recuerdos. Que se achica haciéndome pensar lo minúsculo que es el mundo cuando no estás conmigo para explorarlo. Cuando ni tan siquiera se ya a ciencia cierta si el mundo se ha parado, o gira demasiado rápido desde ese día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario