11.5.13

(La no-huida)

          Si ya no hablo de huidas no es porque no huya.
Ahora soy hiedra de pared pintada, de gotelé perdido en el tiempo, de salón cálido de frío acero bajo las naguas, definitivamente condenada a la libertad del sedentarismo más soez.
Hago fotosíntesis con luz artificial.
No crezco no decrezco no padezco. Sostengo los pétalos marchitos que penden de mis brazos. Aún los agito y creo volar con anhelo desgastado, inevitable dogma raído.

          Ya no hablo de huidas porque he dejado de soñar con alas de barro, abandonando al Ícaro que se esconde tras mis vértebras sin quedar fustigado de calor dormido. No creo en nada. No se si el astro rey reclamará perdón por confundirlo con lámpara de habitación desértica cuando la noche, me irriga con sus alas negras.
Coarto el oxígeno que aún habita entre mis venas, hiendo mi piel desnuda, despedazo entrañas. Esta inamovilidad es forzosamente ingrata,  un nómada sin vuelo es un pájaro de jaula, menos pájaro, más objeto.
Recuerdo arrastrar mis pies húmedos y encharcados hasta esta cárcel, enlodados de ser el lugar donde redimen mis llantos. Recuerdo el fango antes de. Ahora permanezco adán de mi pasado por miedo a dejar de lado todo lo que algún día ansié.

          Si ya no hablo de huidas es porque siempre me persigo allá donde voy.
Mismo rostro, mismas manos, mismo pelo encrespado entre hojas caídas. No me libro de esta pesadez intrínsecamente ligada a mis costillas. ¿Cómo descomponer el cosmos en pequeñas estrellas?

Ahora mi tallo acurruca en un suspiro su largura. Se almidona entre rezos, entre sus propias espinas, insectos, perdones que cohabitan en mis muslos.
Soy flor salvaje entre sábanas de lino.
Soy veneno entre dulces de fresa y nata.
Soy enredadera que apunta al cielo, a algún lugar por encima de este techo húmedo.
Soy mujer presa. Mujer de arraigadas raíces de cemento.

          Si ya no hablo de huidas es porque no queda nada en mí capaz de huir.



Fotografía y edición: Keiko Mccartney.
Modelo: Ana Nozal.

2 comentarios:

  1. Qué poético. Me gusta mucho la antítesis que vas formando poco a poco mientras desarrollas las ideas...

    "Si ya no hablo de huidas no es porque no huya.
    (...)
    Si ya no hablo de huidas es porque no queda nada en mí capaz de huir."

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, Cristie. Me alegra que te haya gustado.
    Un abrazo :)

    ResponderEliminar