11.12.14

Quién eres tú quién eres tú
qué profecía lleva tu nombre
sino el de algo que duele / algo que araña / algo que rompe cada muro
                                                                     reduciéndolo a lágrimas;

pues arribas y marcas territorios arrasando estas pieles
pues abandonas la semilla que dejas sobre mi cuerpo
como cultivo
como sacrificio expuesto a la voluntad del amor.

Mujer-amada, adaptas con avidez la pieza de tu deseo
a mi estrategia de lunares perdidos
porque conozco tu orientación
porque conozco tu forma de interpretar mis coordenadas
por ello ofrezco fatalmente mi ser a tu resistencia.

Mujer-extraña, asomas tu desnudo a la vida,
combates las fronteras de mi espalda,
y tus ojos serán el gentío
y tus párpados serán el derrame
y tus pupilas serán el epicentro del caos.
Pero mujer, no temas.

Pues tu presencia lo derruirá todo
lo aniquilará como querías:
mi morada, mi memoria, mi vientre.
Pertenecerás al imaginario apocalíptico
tu voz quedará para los restos
tu leyenda se cernirá sobre los libros
se alzará sobre el pánico
obviará las señales
y quedará replegada al paso de los siglos como la de un destello
                                                             como la de un instante
                                                             como la de tu rostro.

Pero no temas, no, mujer.
Cuando llegue la noche
estaré aquí
para salvarnos.

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