9.6.15

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Reescribir la tradición
en el instante mismo en que ponemos nombre,
en que arañamos quedamente
en la incredulidad, el desarraigo, la ausencia de verbo,

nuestra meta es
que la boca se nos llene de este placer
silenciado e inconmensurable.

Hacer un sumario de la historia universal
en varios versos
y dinamitar las runas bíblicas
de una civilización bondadosa.
Reescribir, reescribir, ejecutar la destrucción
y el olvido.

Arrancar la página, herir lo sagrado,
reprimir los abrazos de violencia y reutilizar las letras
para crear infinitos testamentos
y parábolas y dioses y culturas paralelas
a esta imagen.

Acariciarnos los párpados y las huellas,
que nuestra mirada y nuestra sensibilidad
sean axiomas que mitiguen la desesperanza.
Tomar como referencia unánime
todos los poemas escritos,
todas las estructuras creadas,
todos los juicios cometidos


y después tumbarlos.

4 comentarios:

  1. El final es un broche de oro exquisito para este texto.

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  2. Hacía tantísimo que no te leía y es tan gratificante volver a hacerlo... Eres una gran artista.
    <3

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  3. lo disfrute de principio a fín. creo que caeré mas seguido en tus palabras en tus poemas como un yo-yo.

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