23.6.13

(Enfermedades)

Me digo: tengo que escribir de eso que llaman enfermedad.

Como hicieron antes otras rasgaduras en pieles ajenas, dejando herida profunda. Y no sucumbió a la fricción espuria del reloj en su muñeca. Herida eterna. Herida eterna que se hace propia. 
De la enfermedad como arroyo incesante de miel que gotea sobre nuestras bocas sedientas de vida. De enfermedad como alimento, como sosiego, aplaque, límite. De enfermedad como molde. Como herida. Como sangre: rojo que discurre como un imperturbable paso del tiempo en los vértices de nuestro cuerpo, rojo debilidad, rojo fuerza. 

Enfermedad de los ojos. Enfermedad de la piel. Enfermedad del alma.
Como advertir vívido insomnio, locura en las pupilas. Blancura maligna, blancura rota, blancura de sábanas revueltas de hospital sombrío, blancura en la piel y motas púrpura que tinten la porcelana relegada en nuestros muslos inquietos. 
¿Quién acudirá cuando me llame la noche y sus alas me inciten al óbito lento, al pecado más dulce? Y sin embargo, no he de ceder. A su réquiem, a su boca llena de lirios, de fruta fresca, de mentiras que induzcan al fin bello, al fin somnífero, al fin eterno.

Enfermedad de esta insania que, entre mis entrañas fluye como un cuervo veloz en la noche, como los pies descalzos entre el fuego ardiente de dos cuerpos que tiemblan y cavilan sin rumbo.
Enfermedad podrida, enfermedad desgastada, enfermedad roída. ¿Morirá esta carcoma que me habita algún día? ¿Morirá al igual que muere a su paso el tiempo y mis anhelos pueriles, como mueren mis versos y mis mentiras más crueles, morirá también?
¿Abrirá la puerta a la muerte? Y esta textura, de aspereza en las costillas, esta punción inexpugnable en el ombligo, dónde fue a parar la luz de mis entrañas que guiaba al náufrago en la aurora, dónde la fuerza y la vida viva. Si el aliento me alude ya para gritar tu nombre o el mío o cantar adolorido al alma, entre estos sollozos vanos que ansían plagados de dudas. ¿Abrirá la puerta a la muerte?

Me digo: tengo que escribir de eso que llaman enfermedad. Tengo que escribir de mí. Tengo que escribir de mí.

2 comentarios:

  1. Tienes un estilo tan propio y único que me cautiva siempre desde la primera frase.
    "Si el aliento me alude ya para gritar tu nombre o el mío o cantar adolorido al alma, entre estos sollozos vanos que ansían plagados de dudas. ¿Abrirá la puerta a la muerte?" Frase más bella imposible.

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  2. Muchísimas gracias :) es un halago que te pueda gustar lo que escribo.
    ¡un saludo!

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